CONSEJOS SOBRE CICATRICES
Todos hemos tenido alguna vez una cicatriz en nuestro cuerpo, sin embargo, no todo el mundo conoce que pueden ser abordadas mediante la fisioterapia. A continuación, te explicamos cómo pueden afectar las cicatrices a nuestro organismo y cómo podemos abordarlas desde la Fisioterapia.
¿Qué es una cicatriz?
La cicatriz surge como una respuesta fisiológica cuando se produce una herida o lesión en los tejidos del organismo, para mantener la homeostasis interna. Está formada por acúmulo de colágeno y fibrina.
Las cicatrices pueden ser normales, atróficas, o bien hipertróficas o queloides, en función de su crecimiento y evolución.
Tratamiento de las cicatrices
El tratamiento de las cicatrices tras una intervención quirúrgica es fundamental, ya que se forman adherencias entre la cicatriz y los planos más profundos de nuestro organismo.
Estas adherencias conllevan implicaciones tanto estéticas como funcionales, entre las que destacan: dolor, prurito, alteraciones de la sensibilidad, limitación de la movilidad, o tirantez. Todas ellas pueden aparecer tanto a corto como a largo plazo.
¿Cuándo se debe empezar el tratamiento de una cicatriz? Lo ideal es empezar una vez que la herida haya cerrado y hayan quitado los puntos o grapas.
En el caso de las cicatrices tras una cesárea, desgarro o episiotomía, es recomendable esperar a que pase la cuarentena. Además, se debe acudir a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico, que es el profesional idóneo para realizar la valoración y tratamiento de estas cicatrices en concreto.
Entre los tratamientos empleados en las cicatrices, encontramos:
- Diatermia profunda: Se busca un efecto térmico o hipertérmico, que provoque un aumento de la entrada de sangre, y con ella un mayor aporte de oxígeno, estimulando los fibroblastos y favoreciendo la regeneración tisular. Además, se reorganizan las fibras de colágeno.
- Ventosas: Existen ventosas de distintos tamaños. Se aplican mediante una jeringuilla succionadora, que genera una presión negativa (una succión), que libera el tejido superior de los planos más profundos. De esta forma, realizamos movimientos que nos permiten liberar las posibles adherencias con los planos más profundos.
- Punción seca: Se colocan agujas de punción seca superficial enfrentadas entre si, a ambos lados de la cicatriz, cubriendo toda su extensión. Se realizan giros de las agujas para arrastrar y romper las adherencias con los planos más profundos.
- Tratamiento manual: Se realizan técnicas manuales de pinzado rodado, masaje longitudinal, o movimientos en “zig-zag” sobre la cicatriz.
- Láser: esta técnica indolora permite eliminar adherencias y regenerar el tejido dañado favoreciendo el aporte sanguíneo hacia la zona cicatricial
Es importante recordar que el cuidado y la higiene de la cicatriz en fundamental. Además, es recomendable que se apliquen cremas específicas que mejoren su troficidad y aspecto, como, por ejemplo, el famoso aceite de rosa mosqueta. ¡Y MUY IMPORTANTE! Siempre que le vaya a dar el sol, debemos protegerla aplicando protección solar alta.